Su población en el 1.866 era de 373 habitantes y cl pueblo estaba formado por 50 edificios de una sola planta y 67 de dos. Tenía dos molinos harineros llamados, Molino de Abajo y Molino de Arriba, ambos a dos kms. de la ermita de San Millán que distaba a 5,5 km. Su población descendió a 180 personas en el 1.967, reduciéndose a 86 en 1.977, de los que 78 tenían derecho a voto. En 1.984 ésta solo había aumentado a 81. Actualmente tiene unos 40 habitantes. Sin embargo, en la época estival el pueblo recibe numerosos veraneantes, la mayoría de ellos nacidos en el mismo pueblo que tuvieron que emigrar a las ciudades en los años 60 debido a la escasez de trabajo en el campo para tantos vecinos como había entonces.

Se encuentra pavimentado casi un 90 por ciento del pueblo, luz y agua más que suficiente, un teleclub y teléfono público. Colegio no existe, los niños que hay en edad escolar van a cursar sus estudios a Serón de Nájima o Soria.

Separado por un poco más de un kilómetro, en dirección a Serón de Nágima, no dejamos de admirar el pequeño cementerio, posiblemente el más bonito y bien instalado de toda una extensa zona.

El edificio de las escuelas, fue construido de piedra, se encuentra casi al borde de la carretera, hoy es empleado para votaciones y fue restaurado para albergar un teleclub donde los vecinos se puediran reunir en su tiempo libre.

El ayuntamiento es de construcción relativamente reciente y también está en perfectas condiciones.

La iglesia se encuentra situada en un otero al este del pueblo, a la que se llega mediante unas amplias escaleras en piedra, ligeramente desgastadas por el paso de los muchos años que deben de tener. La entrada al atrio está cerrada por medio de una verja de hierro. La estructura de la iglesia de San Pedro puede que date del siglo XVI, está formada por una hermosa nave y espadaña de tres huecos, que posiblemente sean lo más antiguo de ella, lo que sí se puede asegurar es que fue construida sobre los restos de otra más primitiva y no se puede descartar que en el lugar también hubiera una pequeña torre defensiva.

La población vive fundamentalmente del cultivo del cereal (trigo y cebada). También hay ganados de ovejas. El paisaje es de los más ricos de los alrededores, ya que en el término de Velilla de los Ajos se divisan amplias llanuras de cereal junto con montes plagados de vegetación, donde habita la típica fauna ibérica (conejos, liebres, jabalíes, corzos, ciervos, zorras, águilas...). El término es coto privado de caza, con lo que está prohibido cazar, a menos que se disponga del permiso correspondiente.

A unos 4 km del pueblo, se halla las ruinas de la ermita de San Millán, donde hace tan sólo unos 45 años se iba en procesión desde el pueblo. Junto a la ermita de San Millán se pueden ver los restos de una torre de los moros junto con numerosas piedras desperdigadas que formaron asentamientos en los primeros siglos de nuestra era. Son numerosas las leyendas que rodean esta zona.

Las fiestas patronales de Velilla de los Ajos se celebran en honor de San Antonio (13 de junio). Debido a la escasez de veraneantes que acudían en la fecha del 13 de junio, se decidió en 1991 pasar la celebración de las fiestas al mes de agosto (normalmente 13 y 14 de agosto), aunque el 13 de junio se siguiera celebrando la correspondiente misa en honor a San Antonio. Desde entonces, las fiestas de Velilla de los Ajos han sido conocidas en la comarca, debido a la calidad de las orquestas y a la celebración de diversos torneos, como frontenis y guiñote. La organización de las fiestas corre a cargo de la Asociación Cultural San Millán, formada por un grupo de jóvenes que dedican numerosas horas al año en mantener al pueblo con alegría, y sobre todo, con gente (aunque sólo sea en las fiestas y durante el resto del verano).

Velilla de los Ajos limita con Cañamaque, Maján, Nolay, Bliecos y Serón de Nájima.

En la fotografía superior, se puede observar el Alto Molad. Es una zona con mucha historia y leyenda. Se cuenta que en tiempos los moros tuvieron allí asentamientos estratégicos. Desde allí se comunicarían con el asentamiento que había en la ermita de San Millán y con el castillo de Serón de Nájima.